lunes, 31 de marzo de 2008

Cañón de Cotahuasi (Arequipa, Perú)

LUNES, 31 DE MARZO DE 2008 Cañón de Cotahuasi 

Salimos de Nueva York después de un viaje de cinco horas en un bus desde New Hampshire. En el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, abordamos un avión directo hacia Lima, Perú; fueron otras seis horas de viaje para luego tomar el vuelo hasta Arequipa que duró una hora y veinte minutos. La familia, como siempre, nos dio una bonita y acogedora bienvenida en el aeropuerto de la ciudad. Al bajar del avión, Michael y yo, nos detuvimos a contemplar el cielo azul de la ciudad, y es que son casi cinco meses grises de invierno en New Hampshire y el panorama nos venia muy bien apreciarla.

Supimos que había llovido bastante en Arequipa, y eso se podía ver el verde inusual siendo una ciudad de geografía árida y seca, y es que nuestra vertiente colinda con el desierto de Atacama, ubicado al norte de Chile.  


La Familia y la espera por la bienvenida.
DIA 1 Cotahuasi - domingo 30 de marzo
El Cañón de Cotahuasi, el más profundo de América del Sur (3535 m), medición realizada en el año 1995. Cotahuasi es la capital de la provincia de La Unión, departamento de Arequipa, Perú. El departamento tiene dos cañones muy conocidos, el otro es el del Colca, muy turístico e igualmente interesante y bello; la diferencia de ambos es que Cotahuasi está muy distante si es que se viene desde la provincia de Arequipa y su vía de acceso es un tanto hostil. Sin embargo, puedo decir que vale la pena ir porque el viaje ha sido una ¡experiencia sensacional! Cotahuasi proviene de dos voces quechuas "Ccoto" (cerro) y "Huasi" (casa) uniendo estas voces significaría “casa de los cerros”. La carretera sin asfalto es de 150 km atravesando la cadena volcánica formada por los nevados Pirura, Solimana, Coropuna (20,922 pies - 6,377 m).  Ha sido un sueño visitar el Cañón de Cotahuasi, y se hizo realidad luego de un plan de viaje. Aquí empiezo el relato de esta experiencia. 

La carretera fue afirmada desde Arequipa hasta Chuquibamba, eso fue cerca de 4 horas de asfalto. Alquilamos una camioneta 4 x 4, ($80 por día), nuestro guía fue Eduardo ($25 díarios por honorarios), por cinco días de estancia. Iniciamos el domingo muy de mañana, como principiantes de una aventura que resultó inolvidable. Nos acompañó María Elena, amiga de mis jornadas de voleyball y ahora, tanto ella como Michael, practicaron paleta frontón algunas mañanas, del resultado de esos partidos, Michael mencionó que, fue una 'matanza'. 
El trayecto total fue de 12 horas; la altura máxima de la carretera sin pavimento (trocha) fue de más de 4,500 msnm (14,764 pies) 

En Chuquibamba, ciudad localizad a cuatro horas de Arequipa, encontramos el último grifo que nos abastecería de combustible hacia Cotahuasi. Por otro lado, la parada nos sirvió para beber mucha agua y proteger bien el equipaje para evitar el polvo. 
Atravesamos en medio de la imponente Cordillera de los Andes, en el estrecho trayecto de la vía encontramos muchas plantas exóticas, típicas del lugar, preciosas vicuñas deambulando en grupo. Pudimos observar algunos machos que hacían de lideres de ciertos rebaños, a éstos se les conoce como ‘jainachos’, ellos son los encargados de cuidar y vigilar al grupo. Vimos como un jainacho se detuvo a unos
metros de nosotros mirándonos con desafío, mientras que el resto de vicuñas se esparcían huyendo de nosotros. Mas allá un grupo inusual de llamas llevaban carga de papas, maíz, quinua, chuño para hacer un intercambio con otro pueblo (‘trueque”), no solo fueron impresionantes sus coloridas y adornadas orejas, sino el sonido de sus campanillas colgadas al cuello, de esta manera nunca pasaban desapercibidas. Detrás de ellas iba el campesino orientando su camino y delante de las llamas había un par de mulas que ayudaban con algo de la carga y parecían ser unas guías. Vimos tantas llamas, alpacas, vicuñas entre el ichu de la pampa andina que nos animamos a tomar fotos, algunas huyeron de nosotros y otras simplemente posaron... sino miren este ejemplar de llama maravilloso! Increíble panorama, estamos en el punto más alto de esta parte de la cordillera, son las yaretas que parecen piedras enormes, lisas y redondas haciendo un panorama verde-gris en la pampa rodeada de volcanes, cóndores y nosotros: aventureros de un viaje. 
De acuerdo con Wikipedia, la llareta o yareta, corresponde a la familia apiacea (tiene aroma a apio), es nativa de los andes del Perú, Bolivia, Chile, oeste de Argentina crece entre 3,200 a 4,500 msn... sus flores son hermafroditas (tiene ambos órganos, masculinos y femeninos). La yareta es autofértil. 







Sentimos que nos falta el oxígeno a los pulmones pero aún estamos a la mitad del camino… guardamos energía para esperar la sorpresa como cuando un niño espera su regalo. 

Aprecien esta maravilla de árbol, es el Queuña, parece imposible creer que por encima de los 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera, pueda crecer y sobrevivir un árbol. 


Queuña, el roble andino

Hubo algo que impidió que continuáramos el camino, casi justo a la entrada de Cotahuasi, estaba un toro en aparente furia y parecía desorientado, él obstaculizaba el trayecto, nos detuvimos hasta que sus dueños pudieran controlarlo. De acuerdo con el video que filmé, éste fue el primer contacto con la gente de Cotahuasi. De este modo se mostraba nuestro ingreso hacia el  Cañón de Cotahuasi, adornada con una quebrada verdosa  llena de flores amarillas, cactus y la cálida sonrisa de la gente, un grupo de ellos llevaban un toro, según ellos, para 'engordarlo' para la fiesta del 4 de mayo, le llaman el Bravo. Ese toro participará en la corrida. Difícil creer que hayan estas formas de diversión. Algunos pobladores al vernos con nuestra cámara, se acomodaron bien sus sombreros para lucir bien y nos hicieron preguntas, nos dieron la bienvenida en español y quechua y hasta nos invitaron a bailar.  ¡Estamos muy cansados, queremos llegar al hotel! 




En nuestro camino al hotel, encontramos a una señora cuyo carro se había cerrado con la llave adentro y nos pidió ayuda con nuestra llave por si le daba.... Pero allí estaba Eduardo, con el ingenio peruano,  para ayudarla. Mientras él se encargaba de abrir la puerta de su carro, Michael y ella se comunicaron en alemán todo el tiempo. La señora de la fotografía es de Suiza y vive en Cotahuasi desde hace 20 años y que trabaja para una organización que brinda albergue a los niños que viven muy lejos de la escuela. Entonces este albergue sirve para que los estudiantes puedan quedarse durante la semana de estudio y regresan a sus casas el fin de semana. ¡Una idea realmente poderosa! Mientras más educación se les brinde a los niños, mejora el desarrollo de un país. A propósito, ella habla muy bien el español. 

DIA 2 – Cataratas de Sipia - lunes 31 de marzo 

Michael en el inicio del hiking 
Listos con nuestro equipaje de montaña, estamos con mucho ánimo, María Elena, la deportista; Eduardo, el guía; Michael ¡súper feliz!, y yo. Previo desayuno, preparado por nosotros: ensalada de atún, algo de queso, yogurt, y por supuesto un buen ¡mate de coca! Aparte de Michael, no vimos ningún otro extranjero haciendo turismo por la zona. ¡Entonces el terreno es todo nuestro, solo para nuestros ojos! El plan fue caminar hasta llegar a las cataratas de Sipia, el camino duró tres horas por un sendero con puentes colgantes. En el trayecto vimos los a campesinos llevando carga. Ni hablar de esas  enormes y verdosas montañas  que rodean la ciudad. 

A cada costado se miraba diversa variedad de cactus y coloridas flores silvestres. La mañana estaba fresca. Estamos contentos rodeados de este panorama; a nuestro costado está el río Cotahuasi el que divide las montañas. La tierra parece ser bastante fértil, pues se nota en el vigor de las plantas. De rato en rato veíamos caminantes, pero los que habitan en el valle. En fin, cada paso avanzado aseguraba encontrar Sipia, las cataratas del valle de Cotahuasi.  
¡La gran aventura de cruzar el puente colgante!
Tuve mucho miedo en cruzar este puente colgante, me animé hacerlo cuando vi que la gente del lugar ¡cruzaba con sus animales! así que le puse ganas y hasta posé para esta foto :) A Michael tampoco le gusta la altura pero también pasó la prueba del puente colgante una y otra vez. Las montañas a nuestro alrededor son inmensas, el sol quema literalmente, las flores salvajes desfilan en el camino y alegraron nuestro ánimo y aliviaron nuestra fatiga.
Flores silvestres del valle.
Encontramos propaganda política en rocas con pintorescas alusiones como por ejemplo: "Vote por el Dr. XX y marque los tres rocotos"No sabemos si ese candidato haya ganado las elecciones. En el camino un cotahuasino de ojos color miel, piel bronceada nos ofrece, según ellos un sabroso vino del lugar, el estaba ebrio. Declinamos su invitación porque lo que queríamos era agua y llegar hasta Sipia. Una parte del camino se había destruido por la intensa lluvia de la noche anterior ¡pero llegamos! Hemos hecho nuestro pequeño picnic y alrededor sentimos el fuerte ruido que hacía cuando las aguas se iban al vacío y eso fue verdaderamente impresionante. La caída libre de las cataratas de Sipia es de 153 metros de profundidad, la fuerza del agua que golpea hacia al fondo, formaba un arco iris, un verdadero atractivo natural. 

Justo allí fue nuestro punto de descanso, hemos llegado después de 3 horas de camino cuando el sol está en el medio del cielo, en pleno resplandor, tenemos sed, hambre y ganas de permanecer largo rato, pero tenemos que regresar al pueblo, no queremos que nos sorprenda la lluvia. Antes de partir Michael se ha dado un  baño justo en la rivera del río, cuenta él que hubo mucho lodo y salió vestido como chocolate :))


Tuve “soroche” (mal de altura) no pude continuar el viaje a pie hacia nuestro hotel , he bebido agua, he comido poco, pero no fue suficiente; he decidido tomar el bus de regreso, me he puesto mal, me faltó la respiración me han echado agua a la cara y María Elena me ha dado algo de alcohol para inhalar. Al final les dije -Ehh, fue una broma!!, y sonrío para la foto.... pero de verdad no lo fue, me puse mal y solo quiero echarme al piso. Michael, María Elena y Eduardo no dudaron en seguir a pié el regreso que duró cerca de 4 horas ¡y todo subida! literalmente estuvieron destruidos este equipo de tres aventureros! :) Eduardo aparece en esta toma purificando agua con un sistema que Michael compró. Mientras yo estaba en el bus repleto de gente, el chofer bajo se detuvo tres veces para echar agua al motor. Fue divertido escuchar la conversación de la gente, hablaban de sus historias en el pueblo. 
DIA 3 - Tomepampa, Alca y Baños Termales de Luicho - martes 1 de abril 


El desayuno fue algo simple, rápido: mate de coca, pan fresco del lugar, yogurt, soltero de queso (cebolla, queso, limón, perejil) y luego ¡listos! seguimos el rumbo, Michael continuaba manejando dejando a Cotahuasi para llegar a Tomepampa, el trayecto fue de 11 kilómetros. 

Tomepampa es un pueblo cuyo sistema de irrigación se encuentra a mitad de la calle, tiene una silenciosa plaza de armas, rodeada de casas con balcones de madera, una iglesia que impone su presencia, gente amable, vías de transporte tales como buses, camionetas, burros y caballos. El pueblo es muy religioso. Posee a una imagen de la virgen del Rosario y es la patrona del pueblo; fue traída desde Valencia, España en el año de 1680. 



La gente con una sonrisa nos da la bienvenida, la escuela de primaria, cuyos alumnos improvisan su inglés con Michael. ¡Vean el video! 



Escuela de niños de Tomepampa

Un grupo de niños del Jardín de Tomepampa apareció en la entrada de la limpia y verdosa plaza de armas parece que la sonrisa, el buen ánimo del poblador se expresaron a través de estos niños quienes cuando nos vieron al unísono gritaron ¡BUENOS DIAS!!! Nos contó la maestra que estaban haciendo una campaña de recolección de útiles escolares, pedían ayuda a las autoridades y personas de buena caridad. Hemos prometido enviarles algún material de apoyo. 



Al despedirnos de este jardín de niños, ellos nos regalaron muchos besos de despedida entre el bullicio, sonrisas y hasta vi dos pequeños que se peleaban porque querían ser los primeros en decir 'adiós', la maestra los separó. Ahora hemos llegado a Luicho un anexo de Cotahuasi, alli hay están los baños termales del lugar. El puente colgante deteriorado como se ve en la foto, lo hemos usado muchas veces para trasladar nuestro equipo de campamento. El nuevo puente está siendo construido a un costado. Para acampar allí, tenemos que subir un cerro para pedir permiso a la autoridad correspondiente. La subida nos distrae con flores, cactus, casas estilo andino, gente del pueblo que nos miran llegar. 

Cerca a los baños termales, conocimos a la Sra. Honorata, a quien le pedimos ayuda para encontrar al encargado de esos baños. Ella nos invitó a su casa para ver su huerto de choclos (maíz), higos, e hicimos negocio comprando choclos para comerlos con queso. Doña Honorata al ver a Michael sorprendida me dice -¿Para qué han traído a este hombre tan enorme?!. Michael está distraído tratando de sacar unos higos y no entiende qué pasa, y yo le dije -Es mi esposo, señora. ¿Así??. dice ella y luego sigue, -Señorita, ya pues, que se quede su esposo en el pueblo para hacer raza- :))) (muchas risas!). 

Como forasteros curiosos hurgamos la casa de doña Honorata y notamos que encima del corral de cuyes yacía un cóndor muerto hace una semana... noooo!!! dijimos. Qué pasó???. Doña Honorata nos cuenta que este cóndor lo doparon con licor para llevarlo al Yawar Fiesta (Fiesta de Sangre), una tradición que consiste en atar al cóndor al lomo de un toro y ambos se van a la corrida, la fiesta se realiza una vez al año y representa la interrelación social entre el mundo hispano con el indígena desde le llegada de los españoles. Recomiendo lean el libro del escritor peruano José María Arguedas, "Yawar Fiesta". 

Continuando con el relato, el esposo de Honorata, quien estaba borracho, mató a este cóndor joven; el ave con tan mala suerte estaba decapitada. Nos fuimos muy consternados de tan indignante maltrato a los animales, símbolo de los andes peruanos.  

El pueblo cuenta con cementerios llenos de flores silvestres invadiendo cada espacio del lugar. También vimos  cerdos durmiendo a la entrada de las casas, gente que lleva cosas de la cosecha del día, techos con hierba verde que ha crecido sin que nadie se percate. La propaganda política se explaya en las paredes promocionando al Dr. xxx, marcando los tres rocotos. 

El esplendor de las flores de la  kiwicha  se aprecian a través de estas ventanas casuales que embelesan el paisaje de Cotahuasi. Esta es una de las entradas del jardín de una casa donde parece que la naturaleza nos saluda, ese gracioso color rojo obscuro, mas al fondo pudimos ver la quinua en pleno florecimiento también árboles como el molle, el eucalipto y algunas tunas para comer. En fin, volviendo a Luicho, el lugar que tiene baños termales, fue escogido para acampar. A una distancia no muy lejana, estaba el río que murmulla y lo cruza un puente colgante y remendado. 







Los lugareños nos miran curiosos. María Elena, Michael, Eduardo (el guía) y yo.  Conocimos a Víctor un amigable niño y curioso, él nos ayudó a armar nuestras carpas. 

A Víctor le agradó mis anteojos para nadar y me animé a regalárselos, ha nadado con ellos demostrando una habilidad extraordinaria en la natación y el buceo. Su mamá nos preparó la cena, fue una sabrosa trucha frita, recientemente colectada del rio, nos la sirvió con arroz, papas fritas y ensalada. 
Michael hizo amigos con algunos de los niños de Luicho y otros pobladores. En su tertulia, se enteró que ellos tienen como medio de transporte a las mulas y caballos, les sirve para trasladarse a sus pueblos ubicados en la meseta de las montañas,  dijeron que era un largo, pero largo trecho. Sus caritas bronceadas por el frío y la tierna curiosidad infantil de conocer al foráneo, hacen posible una apacible la interrelación social con nosotros, ellos quieren que les tomemos fotos, están curiosos por saber de nosotros. Indudablemente ellos nos han transmitido  mucha energía con sus apacibles caritas y carisma. 

Luego de nuestro picnic junto a la ribera del río, algunas ovejas curiosas se acercaron a nosotros husmeando, mientras que las flores de retama que habían por montón, perfumaban nuestro improvisado comedor al aire libre, era un momento bastante mágico. Sin embargo, cerca nuestro había un perro lánguido que ni fuerza tenía para sostener la mirada. Le invitamos algo de comer, pero éste era tímido, olió y así tembleque se fue. Al cabo de un rato, el perrito regresó y se comió todo lo que le habíamos invitado.  

Eduardo preparó spaguetti con salsa de tomate, y algunos choclos con queso de Majes. Hicimos un brindis por tan espectacular mañana en Tomepampa con un buen vino tinto chileno "Casillero del Diablo". Al final tocó limpieza y vemos a los chicos (foto derecha) en plena labor. En tanto yo, me quedé absorta con las flores y frutos de los cactus y tomé decenas de fotos. Hay tantas de ellas, que no hay espacio para ubicarlas en este blog. 
Por la tarde nos fuimos al pueblo de Alca descansamos en uno de sus asientos que adornan la limpia y tranquila plaza con su iglesia. La plaza esta rodeada por casas con balcones, un hotel y mas al fondo, se veía una cadena de enormes montañas verdes con puntos amarillentos de flores. En nuestro apacible descanso notamos que de una montaña se movían ciertos 'puntos rojos', usamos lo binoculares y descubrimos que eran mujeres de vistosas faldas rojas subían la montaña y por delante algunos escolares? ¿Quiénes eran? 

De pronto se sentaron casi cerca nuestro Jenny y su amiga, dos estudiantes del quinto de secundaria, Jenny con el anhelo de ser contadora en su hospitalaria conversación nos dijo que esos 'puntos rojos' que vemos desplazándose por  la montaña, eran las faldas de las señoras que suben y bajan por allí diariamente. El panadero del pueblo sube cada mañana muy temprano para vender el pan, justo en la cima y los estudiantes suben y bajan dos veces diario o tal vez mas

Para sorpresa nuestra, ¡Jenny vive allí! Y ella, con cierto sarcasmo jovial, se ríe cuando nos escuchó decir que ese trayecto de la subida duraría unas dos horas para nosotros. Jenny carcajeó esta vez sin piedad por nuestra ignorancia, y nos dice que el trayecto dura 45 minutos. -Ven, ese anciano allí?- Lo vimos, estaba con un bastón y un bulto que llevaba en la espalda. - Va a subir la montaña porque vive en Cahuana, así se llama el lugar en la cima de la montaña, es un anexo, él tiene más de ochenta años. Algunas gordas no suben, ni bajan se quedan allí, en esa meseta, dijo Jenny volviéndose a reír. En fin, tuvimos un testimonio vivo de alguien quien vive en Cahuana, el pueblo ubicado al fin de la montaña. Jenny todavía no subía, pues esperaba que la tienda, donde tiene acceso a internet, abriera para hacer un trabajo de su escuela. 

Continuábamos sentados en la banca de la plaza y de pronto al frente nuestro apareció una señora con una colorida falda roja, un sombrero en cuyo centro habían unas flores frescas naturales; ella iba acompañada de su esposo y su niño. Los saludamos y pedimos unas fotos con ellos, -Sí, como no?- El papá nos dice- y los flashes como paparazis se desprendieron. Como es de rigor, nos presentamos y luego preguntamos el nombre de su hijo y nos dijo - Se llama Hitler. Nos quedamos sorprendidos y dijimos -¿Por qué??, luego de unos segundos le preguntamos "¿Usted sabe quién es Hitler?". 
Michael me pide no incomodarlo con tantas preguntas, sin embargo el padre del niño, mostrando aplomo y seguro de sí mismo, dijo: "Sí, lo sé, fue un héroe, el ganador de la segunda guerra mundial, fue un héroe." Eso nos sorprendió mucho, intentamos decirle quién fue en realidad tal 'héroe' y Michael insistió que lo dejemos así. Al final, concluyendo nuestra presentación le dijimos que Michael es alemán. Luego vino una foto con el niño, quien era bastante huraño, él literalmente quiere huir de nuestra presencia agarrando su pelota fuertemente. 


DIA 4 - Subamos esa montaña ¡como los Cahuanas! 
Luego rumbo a conocer Puica - miércoles 2 de abril 
De hecho fue una idea acertada de Michael, subir como se miraba que lo hacían esos 'puntos rojos'. No tuve mucha confianza en mí misma... ellos me ganaron ventaja subiendo y yo aún con mis soportes en cada mano, sentía que me cansaba... me concentré mucho e hice de mi cansancio y desconfianza mis aliados y ¡funcionó! Cuando llegué a la cima, lo que encontré fue: un paraíso, sí, CAHUANA, un lugar en la cima de esa montaña cual meseta verdosa, y rojiza por la flor de la kiwicha y quinua, la brisa suave, el trinar de los pájaros, murmullo de las hojas rozándose unas a otras, las curiosas y silenciosas ovejas... la gente llevando la carga, pilando el trigo. 


Cahuana es el lugar sin tecnología, pero con esa pacífica y aroma a naturaleza que muchas ciudades grandes quisieran tener, Cahuana se mostraba otra vez en medio de los Apus (montaña) y vuelos gentiles de los cóndores desplazándose como vigilantes de un tesoro. Y como siempre, en cada viaje, hay alguien amigable que se presenta a nuestro lado, esta  vez es Antonio un adolescente, quien se ofrece como guía incondicional del lugar, hicimos un tour con él en medio de los árboles de eucalipto, una iglesia solitaria de imponente estilo y color y que a su alrededor la adornaban unos árboles robustos, añejos que nos muestra que el tiempo no pasó por ellos en vano y despliegan una belleza immesurable.
Iglesia colonial de Cahuana
A unos metros se encuentra el hotel 'Misky Puñuy' (Dulces Sueños), el lugar recién había sido techado, se podía ver aun los adornos que lo decoraban. La temperatura en ese momento era agradable pero más aun lo eran el sonido del viento, el sonido armónico de los pájaros y el agua que discurría por las pequeñas sequías. En el valle de Cotahuasi hay una extensa variedad de flores silvestres, en algunos casos parecían pequeñas alfombras adheridas en los cerros. 


Asimismo, la presencia de arboles frutales como el tumbo, las tunas. ¿Se imaginan comer estas delicia que cuelga de esa hojas tipo paleta con espinas? En inglés se las conoce como prickly peas. El fruto tiene muchas espinas las que son poco visibles. No estuvo nada mal la aproximación de la cámara de Michael para la foto ¿verdad? Daba ganas de sacar no solo la foto, sino también la fruta. :-) 
















El trayecto hacia la cima donde se encuentra el anexo de Cahuana, había sido elaborado cuidadosamente con piedras, todo era una gradería, con agarradores de madera, pequeñas chozas de ichu (paja andina) que sirven de descanso y protegen al viajero del calor mientras que el aire refresca suavemente el aroma a ande. 



Doña Dedicación Tito Una vez que llegamos a la cima, a nuestro paso, conocimos a doña Dedicación Tito, quien llevaba en la espalda una alforja de habas, maíz. Ella lucia una falda rojiza, sombrero adornado con flores naturales y labios pintados con la fruta del capulí (cherry), ¡qué bonita!, le dije. Doña Dedicación no lo pensó dos veces cuando le pedimos tomarle fotos, pues dijo que sí. Al final ella nos pidió que le mandemos una para foto para el recuerdo. Estábamos en deuda con la promesa. Seguimos nuestro trayecto en busca de más tesoros para distraer nuestras forasteras miradas. 
Doña Dedicación conversando y mostrando sus pétalos con los que  pinta sus labios.
En el interior de una casa, en el patio, un señor pilaba el trigo a palos, me ofrecí de ayudante y creo que no lo hice mal, su mamá escogía algunos granos y los ponía en un plato, no pudimos comunicarnos con ella, pues solo hablaba quechua. Esa maravilla de viajar a lugares donde uno nunca ha estado, permite uno abrir ventanas a otro mundo, culturalmente hablando, conociendo la cultura e idioma de un pueblo y en este caso en Cahuana despertó mi curiosidad de aprender algunas frases en el idioma quechua, como por ejemplo: ¿May llajtamanta canqui? - ¿De qué país eres?; ¿Maimanta canqui? - ¿De donde eres?; Ima sutiyqui - cómo te llamas, Manan - No; Ari - si. 


De regreso a la plaza de armas de Alca, bajamos esa montaña, había mucho viento, tuve temor que mi sombrero desapareciera en el vacío y con él las flores que me puso doña Dedicación... detrás mío venía una señora de vestido rojo, sombrero y flores con su niña ¡bajaban de prisa! ni mis zapatillas tipo 'hiking' me daban esa propulsión para bajar a la velocidad de ellas con sus sandalias de jebe hechas de llantas viejas. "Permiso señorita, disculpe estoy apurada". -Dijo. 

Ahhhh! ¡Qué lindo fue estar en la cima! 

Más tarde nos fuimos al distrito de Puica que en quechua "Puiqui" significa "Coronilla o parte más alta", efectivamente, es un distrito el más alto que hemos recorrido durante estos días. Allí hay unos vestigios de las culturas Wari e Inca. El viaje duró hora y media. La trocha fue temeraria muy serpenteante y todo fue subida. A nuestro paso habían algunas vacas que invadían la ruta, pero parece que estaban acostumbradas a los vehículos, pues ellas  se hacían a un costado para darnos pase por el estrecho y polvoriento trayecto. 


Curioso corte de los andenes. 

Una vez en Puica, conocimos a un niño de nombre Oscar que usaba unos zancos que él mismo hizo haciendo un show muy acogedor para nosotros, sin habérselo pedido, nosotros fuimos su público, lo alentamos con aplausos y algarabía. Oscar es un niño de aquellos que no hablan, pero sus destreza de poderse en cierto comunicarse con extraños como nosotros a través de su arte y  con esos zancos, improvisados de unas ramas de los árboles. 

Al poco rato el pequeño Oscar apareció detrás de Michael dándole unos toques a su hombro para mostrarle en su manito algo que quiso compartir: un pedazo de su queso. ¡Fue una escena muy acogedora! 

DIA 5 - De regreso a Arequipa - jueves 3 de abril 

El tiempo de esta aventura, como todas esas que dejan huella en el espíritu de la gente, ha sido muy corta pero intensamente vivida, nos gustaría haber visitado otros distritos y anexos. Sin embargo hemos prometido volver. Nos gustaría  sabe saber qué pasaría con los amigos que dejamos allí. 

Es tal la altura que parece que estamos en el mismo cielo, rodeados de verdes montañas, llamas y vicuñas ambulantes que recorren la pradera andina.  Las nubes están casi debajo de nosotros y se puede sentir el aire que presiona nuestros pulmones, no fue incomodo pero si algo distinto. 

La carretera de retorno hacia Arequipa es igual de áspera, polvorosa y algo peligrosa pero con un panorama que muestra la magnitud de los Andes con sus volcanes Coropuna, con mucha nieve; el Pirura, y el Solimana visto de frente y de costado... las llamas y vicuñas revoloteando en la pampa de ichus, yaretas, tola, queuña. 


Al frente del Coropuna, dejamos nuestra apacheta, como agradecimiento.
Queda sin duda el recuerdo de lo que fue el conocido  Cañón de Cotahuasi desde nuestras miradas y vivencias.  Fue asombroso ver muchas llamas y alpacas con sus crías. En algún momento vimos como una madre vigilaba a su cría tambaleante, parecía que ésta recién había nacido, debido a su dificultad al caminar. Su frondosa lana, es notoria,  Nosotros construimos una 'apacheta' en señal de agradecimiento por ese regalo de la naturaleza hacia nuestros sentidos. Valió la pena todos nuestros esfuerzos para visitar el cañón de Cotahuasi. ¡Hasta pronto Cotahuasi! 

**Agradecimiento muy especial a todas las personas de la provincia de La Unión, departamento de Arequipa y en especial a los moradores de Cotahuasi por su calidez desde la señora del hotel, el policía de Alca, los pobladores que cada mañana nos saludaban y a todos los niños que nos regalaron sus contaminantes sonrisas.**